Después de la maratón, los entrenamientos se fueron un poco al traste porque hay que dejar que el cuerpo se recupere bien. Pese a ello, cinco semanas pensé que era tiempo de sobra para dar por finalizada la etapa de transición y correr una prueba a la que le tenía ganas, la media maratón Vigo-Baiona. Es donde veraneo desde hace años y donde nos escapamos siempre que podemos. Adoro esa tierra, a su gente, su lengua (que trato de aprender), la comida...
El objetivo no era otro más que disfrutar, correr por sensaciones olvidando el reloj. Y así lo hice, pero llevándome una grata sorpresa, arañando unos segunditos a mi anterior MMP de Santa Pola en enero, de 1:49:06 a 1:48:25.
El paisaje increíble, acompañada por las vistas de las mejores playas de la zona, de las Islas Cíes y del ambiente de los pueblos de paso: San Miguel, Coruxo... Y la organización de lujo, con un avituallamiento que ya querría cualquier gran carrera del calendario.
Descanso al terminar en una de las playas de Baiona, todo un lujo
Ahora se intensificarán los rodajes en montaña que tanto disfruto cuando llega el buen tiempo, aunque eso no me impedirá participar con mi madre en la Carrera de la Mujer de Madrid en mayo. Para después, la Maratón Alpina Madrileña de junio es una buena opción pero todo se verá.... lo importante es seguir disfrutando. Un besiño y suerte a tod@s en vuestros retos!